lunes, 23 de mayo de 2011

SÓLO CON LA LUNA LLENA



IDEA SACADA DEL MANGA JUNKETSU + KARESHI DE SHOUOTO AYA
Manga: Junketsu + Kareshi
Mangaka: Shouto Aya
Género: Shojo, fantasía, romance, sobrenatural, vampiros, misterio, drama y comedia.
Reseña: Kana vuelve a reencontrarse con un antiguo amigo de la infancia Aki, pero no parece acordarse de él. Tras un accidente de tráfico donde está al borde de la muerte es salvada por Aki pero nunca se habría imaginado que en vez de salvarse sería condenada por un vampiro...
Para descargarlo lo recomiendo de aqui  http://lanochedeloscaidos.blogspot.com/2010/07/junketsu-kareshi.html




BIOGRAFÍA DE LOS PERSONAJES

Yuu Takanada: Es nuestra protagonista en la historia. Aunque no lo parezca es una apasionada del romanticismo y se verá rodada a lo largo de toda la historia de chicos de los cuales será difícil desprenderse. Es una chica tan alegre que es capaz incluso de iluminar el corazón de Aki.
En cuanto a su físico no es una chica que destaque mucho, mide 1,64 es delgada, de piel blanca con lo que destaca su cabello corto y de color caoba. Sus ojos son grandes y de un color verde intenso. Por lo que parece vive sola debido a la muerte de sus padres en un accidente, una tía lejana es su única familia la cual, le paga los estudios y le mantiene la casa; aún así, Yuu no quiere depender únicamente del dinero que recibe de su tía, por lo que tiene un trabajo de medio tiempo de dependienta en un pequeño comercio.





Aki Suruya: Es nuestro protagonista masculino. Sabemos poco de él, conocemos únicamente su físico, bastante delgado, alto más o menos 1,80 cabello corto y negro, piel muy blanca y ojos grises que con la luz de la luna parecen color plata. De su personalidad sabemos que no habla mucho, es tranquilo y parece rezagado, pero en el fondo es una persona amable y honesta que no lo se lo pensará dos veces para ayudar a las personas que quiere. También sabemos que vive en una mansión y que su familia está compuesta por su hermano Shiki y su madre, quienes conviven en el mismo sitio.



Shiki Suruya: Es el hermano menor de nuestro protagonista, tiene una actitud difícil de manejar y una mente demasiado compleja como para saber realmente en lo que piensa, no por ello deja de mostrarse interesado en Yuu, pero no parece que sea en el mismo sentido que su hermano mayor. Físicamente debo de admitir que los dos hermanos se parecen mucho diría que son mellizos, sólo los diferencia su actitud puesto que Aki es distante a diferencia de Shiki que es más lanzado, y la expresión en sus ojos, que por algún motivo Aki siempre muestra en ellos una mueca de dolor mientras que Shiki denota interés y suspicacia. Tiene el mismo color de cabello y ojos que Aki, de complexión atlética y una altura de 1,80

Hana Suruya: Es al parecer la madre la madre de Aki y Shiki, aparece pocas veces durante la historia y no se llega a reconocer verdaderamente ni física ni psicológicamente. Aunque según Aki es una mujer joven y bella de largo cabello color platino, con la cual no mantiene una estrecha relación.

Haruka Minami: Compañera de clase de Yuu, es una chica alegre y muy optimista que siempre está animando el ambiente con sus bromas y chistes uno detrás de otro. Es también un poco despistada y casi nunca hace los deberes, aún así no se le puede consentir. Es morena con el cabello largo y ojos castaños, complexión normal y una altura de 1,66







Himari Kyoya: una buena compañera de estudios de Yuu, más de una vez han estudiado juntas y siempre está ahí para pedirle consejo. Es alegre y simpática, pero también es una chica centrada en sus cosas y se preocupa mucho por los demás. Tiene el cabello corto y castaño al igual que los ojos, complexión delgada y una altura de 1.64


Shimada Tsunayoshi: Otro de los compañeros de clase de Yuu y no sólo eso, también es amigo de la infancia, han pasado muchos momentos juntos y aunque parecen algo más que amigos no hay nada entre ellos. Yuu siempre le trata por su nombre largo Shimada, aunque éste siempre le está pidiendo que le llame como cuando eran niños, Shima. Es un chico dulce, cariñoso y alegre a decir verdad, todos en la clase piensan que Shimada y Yuu hacen una bonita pareja. Es de cabellos color caoba al igual que Yuu, con ojos verdes. Su complexión es del tipo atlética, adora jugar al fútbol, y mide sobre el 1,77

Tengh: Es un misterioso personaje masculino que aparecerá muy adelante en la historia y su principal función será... Que se respeten las normas.






Isuka Bernstein: Presidente del consejo estudiantil en el mismo instituto donde estudia Yuu. Es un chico de un grado mayor y muy respetando tanto por estudiantes femeninas como masculinos. Es moreno ojos verdes y cabello largo, delgado y con una altura de 1.78

Aria: Al parecer es una prima lejana de Aki y Shiki, siempre viste modelitos muy actuales y le gusta cuidar su imagen. No soporta que Yuu se encuentre alrededor de Aki y por ello la odia a muerte. Tiene el cabello color rosa pálido muy largo, con ojos rosa magenta, es muy delgada y pálida con una altura de 1.72









Yuhiko Takanada: Es la tía de Yuu quien le aporta todo lo que necesita para sus estudios. Al vivir tan lejos dudo siquiera de que se hayan visto alguna vez en la vida. Pero al parecer es una mujer amable que decició por su propia cuenta mantener a Yuu hasta que cumpliera la mayoría de edad y se pudiera valer por ella misma.



CAPÍTULO 1:

Mi nombre es Yuu Takanada, vivo en un pequeño pueblo cerca de la bahía de Tokio, tengo 17 años y actualmente vivo sola en este pequeño domicilio desde hace algo más de 8 años, y hasta ahora, me he estado valiendo de mis propios métodos para vivir. Ahh – Suspiro. Al final se me hizo bastante tarde, pasaré por el 24 horas y compraré algunas cosas, creo que esta noche cenaré embutidos… Así, me pasé por la tienda y compré algunos productos enlatados, algo de carne de miso y algunas especias, con ello y las verduras que compré el otro día mañana haré alguna sopa. En mi tranquilo camino de vuelta me iba fijando a mi alrededor, no había nadie por las calles, por suerte el camino estaba bien iluminado porque esa noche había luna llena, levanté mi cabeza para mirarla por unos segundos y levemente observé como cruzó por encima, atravesando la luna una sombra tenue… no sé que era, ni si lo que vi fue real, pero me dio la sensación que la sombra se dirigía al parque. Corrí en aquella dirección y llegué al parque, apenas se veía nada, habían un sin fin de altísimos árboles que tapaban la luz, y muchos arbustos y ramas que se me enredaban en el pelo y en la falda; aún así seguí caminando hasta que alcancé a ver una zona un poco más despejada, me acerqué con sigilo y observé anonadada una pequeña zona donde no habían árboles, ni arbustos, sólo se hallaba allí una fuente con un agua clarísima que brillaba con la luz de la luna. Me acerqué un poco más y allí estaba la misma figura que había visto antes, se trataba de un chico un poco mayor que yo, estaba allí sentado a los pies de la fuente mirando fijamente la luna. Caminé despacio para acercarme al chico y le pregunté – hola, ¿quién eres? ¿Qué haces aquí tu solo? ¿no tienes miedo? – el chico no me respondió, sólo se giró y me miró fijamente; a decir verdad no podía creer lo que estaba viendo, cuando se giró para mirarme la luz de la luna mostró unos ojos grisáceos platino, brillaban más incluso que el agua de la fuente tan clara y transparente. Simplemente me senté allí junto a él, le hacía preguntas pero él sólo me respondía con su mirada, por ello empecé a hablar y a comentar cosas que me habían pasado y él sólo se limitaba a escucharme, estuve más de media hora hasta que vi en mi reloj la hora, ya se me había hecho muy tarde; me levanté, me sacudí un poco la falda y di unos cuantos pasos para luego girarme y despedirme – ya me tengo que ir, mañana vendré otra vez, espero que nos volvamos a ver – le dí una sonrisa y seguí caminando mientras pensaba, vaya hoy me e divertido un montón, pero creo que ya se me pasó la hora de la cena…
A la noche siguiente al salir de mi trabajo de medio tiempo, volví otra vez al mismo sitio para encontrarme con el chico, corrí al parque en dirección a donde se hallaba la fuente y allí estaba él, mirando fijamente la luna. La brillante luz iluminaba su figura realmente era muy delgado y tenía un color muy pálido; y además de eso... su mirada es realmente triste, me gustaría conseguir de alguna forma, verlo sonreír y divertirse…
Como la otra noche me senté a su lado e intenté establecer una conversación con él, pero al igual que ayer… él sólo se limitaba a escuchar mientras miraba la luna, entonces le pregunté - ¿te gusta la luna? – él me miró un poco sorprendido, volvió a mirar la luna y me respondió – ni me gusta ni me disgusta – era la primera vez que escuchaba su voz, era realmente suave y profunda – pues a mí… - miré la luna y continué hablando – me parece muy bella… – me quedé mirándola momentáneamente y entonces me acordé que aún no me había presentado – a por cierto, me llamo Yuu – él se quedó pensativo unos segundos, como si tratara de asimilar la información – yo… soy Aki.
De esta forma, todas las noches de luna llena iba a la fuente para hablar con Aki. Poco a poco iba incorporándose a mis conversaciones, ahora que recuerdo, en una de nuestras conversaciones…  Oye Aki, ¿vives por aquí cerca? – Se quedó pensativo un momento hasta que me respondió – si, vivo en una pequeña mansión al otro lado del parque, a unas manzanas de aquí, por eso vengo las noches de luna llena. Hmn… ¿y vives solo? – por primera vez le vi esbozar una leve sonrisa – que va… ya me gustaría, resulta un poco molesto vivir con las mismas personas tanto tiempo – yo me quedé mirándolo fijamente pensando en qué querría decir con eso – yo… no creo que sea molesto… - bajé la mirada y empecé a mirar mis manos – yo realmente… pienso que debe ser cálido tener una familia y estar con gente que quieres y sabes que te quiere…
Realmente me gustaría saber que quería decir Aki en esos momentos… bueno, esta noche es luna llena, así que le preguntaré, no pierdo nada por preguntar. De este modo, fui esa misma noche al sitio acordado de siempre, fue una sorpresa no encontrarme allí a nadie, aún así, miré un poco por los alrededores y al no verlo decidí esperar un poco por si llegaba luego más tarde. Miré mi reloj y ya se estaba haciendo tarde, era realmente extraño que no fuese, ¿estará enfermo?; cuando por fin me disponía a volver escuché un ruido que provenía del parque, por ello, caminé en dirección del sonido. Habían muchos árboles y arbustos por lo que se avanzaba bastante mal, además de que estaba oscuro y sólo se veía lo que reflejaba la luz de la luna pero vi algo realmente espeluznante, de eso estoy segura de que vi dos sombras y una de ellas mostraba unos enormes colmillos, pero lo que más me sorprendió es que esa sombra… mostraba unos relucientes ojos plateados que reconocí haberlos visto antes, por eso no pude evitar echarme a correr para alejarme todo lo posible de ese lugar.

CAPÍTULO 2:
Lo de esa noche fue un bastante traumático para mí, sin embargo no podía seguir huyendo, tenía que asegurarme de lo que vi, no quería seguir el resto de mi vida arrepintiéndome por no haberle preguntado; así dicho cuando salí del colegio me aseguré de acercarme hasta la casa de Aki para hacerle una pequeña visita, es que todavía no me atrevo a estar a solas con él me da un poco de miedo u///u. Por fin llegué a casa de Aki, y por dios es increíble, más que una casa parecía una mansión de unas tres plantas con un enorme jardín separado de la calle por una gran verja. Me acerqué a la puerta y toqué el timbre; tardó más o menos unos 10 segundos hasta que escuché una voz femenina que preguntaba - ¿sí, quién es? – me sorprendí un poco pero al final le respondí – ah hola, soy Yuu Takenada y vengo a ver a Aki, ¿está en casa? – un momento – no estuve esperando más de 1minuto hasta que por fin me volvieron a responder – por favor entra – esa era la voz de Aki, sí que estaba en casa o.o, de repente se abrió la verja y atravesé el bello jardín lleno de flores de todas las variedades y colores hasta que por fin llegué a la puerta. No tuve la necesidad de llamar ya que me abrieron nada más situarme frente al portón; la persona que abrió era… ¿Aki? No espera… se parecen pero no es Aki… - ¿está Aki en casa? – le pregunté al chico con cierta impaciencia, aunque él sólo se rascó la cabeza y dijo – vaya… pensé que me podría hacer pasar por él, pero realmente tenía interés en saber quien es esa persona que anda tan cerca de mi hermano… – se agachó levemente para mirarme más de cerca y esbozó una leve sonrisa, realmente se parecen pensaba. Ambos tienen los ojos de color plateado y el cabello negro brillante – oye ya está bien, no te acerques tanto a ella – era Aki, apareció detrás de ese personaje intentando apartarle a un lado – por favor pasa – me dijo Aki sonriendo ligeramente. Me llevó dentro de la mansión y le seguí por los enormes pasillos pasando por un bellísimo salón de clase occidental, subimos las escaleras y seguimos ese pasillo saturado de cuadros hasta el final donde se hallaba su habitación. Era una habitación muy grande, tenía una cama al fondo a la derecha, a la izquierda un escritorio con un portátil y lo más alucinante… toda la habitación se encontraba inundada de libros, estaban en las estanterías, en la mesa, la cama, armario e incluso por el suelo en grandes montañas. Me agaché y tomé el primer libro que me pillaba más a mano y leí el título Sólo con la Luna Llena – oye Aki, este libro… – Ahh, ¿te gusta? – bueno… no sabría decir si me gusta… no lo he leído jeje – te lo presto, yo ya lo he leído tres veces – me volvió a sonreír, y se sentó sutilmente en la cama. Me acerqué lentamente hacia él con el libro entre mis manos y me senté a su lado, nos quedamos unos segundos callados hasta que él me preguntó – oye… ¿por qué has venido? Es peligroso – bu-bueno yo es que… fui a la fuente y no estabas, y me preocupé y bueno… tuve que venir a verte – no puedo decirle que sólo he venido para cerciorarme de que la persona que vi en esa ocasión no era él, aunque tengo mucho interés en saberlo…– él suspiró profundamente y me volvió a mirar para decirme – aún así… no vuelvas a venir por un motivo tan escueto – yo… muy bien se-será mejor que me vaya – me levanté rápidamente de la cama y me dirigí hacia la puerta, la abrí y me encontré con el hermano de Aki – ¿ya te vas? – me preguntó con una amplia sonrisa – s-sí… ya es tarde – me tomó de la mano y se me acercó – puedes venir cuando quieras aunque no esté mi hermano – ¿ehh? Hmm – asentí levemente con la cabeza – te acompañaré hasta la puer- – no es necesario – Aki se me acercó por detrás – ¿Aki? – ya la acompaño yo – me tomó de un hombro y me haló de la habitación, y así como lo prometió me acompañó hasta la puerta, cuando estaba a punto de irme me dijo – ahh y oye… no te acerques mucho a mi hermano – ¿eh?? – ¿qué habrá querido decir con eso? – ¿Por qué? ¿Qué problema hay? Es una persona amable – No es amable – me contestó de inmediato – sólo haz lo que te digo, estaré en la fuente así que no hace falta que vuelvas y ten cuidado volviendo a casa – asentí con la cabeza me dí la vuelta y caminé lentamente por el largo sendero que atravesaba el enorme jardín, ni siquiera me atreví a darme la vuelta pero… estoy segura que Aki siguió mirándome hasta que su vista alcanzó a verme, así desaparecí completamente hasta que por fin llegué a casa para hacerme la cena, con la clara idea de que la semana que viene junto con la luna llena volvería a verlo, sólo que esta vez, nos veríamos en nuestro sitio favorito…

CAPÍTULO 3:
Como prometimos, quedamos en vernos la noche de la semana siguiente que era luna llena en la fuente, me senté junto a ella unos minutos a la espera de que Aki llegara, escuché cómo se movían unas hojas de los arbustos así que me levanté de un salto y me giré para mirar quien era – ¿Aki? – Dije con una gran sonrisa – equivocación, no soy Aki, pero casi aciertas. – era el hermano de Aki – yo esto… pensaba que eras Aki y bueno… – tranquila pero ni siquiera me he presentado que descuidado por mi parte, me llamo Shiki, mucho gusto – me sonrió levemente mientras me miraba fijamente entonces asentí con la cabeza – hm mucho gusto yo soy- – sé quien eres te presentaste el día que viniste a mi casa además… – se puso serio de repente y me miró con una mirada provocadora – me sorprendió mucho ver que mi hermano se preocupa por alguien que no es él mismo… me pregunto que tienes de especial – continuó acercándose a mí paso a paso mientras que yo retrocedía lentamente hasta chocar contra un árbol, apoyó su brazo derecho rápidamente en el árbol contándome el paso y siguió mirándome fijamente y preguntando – ¿qué podrá ser? No eres precisamente atractiva, Ni tampoco… – acercó su rostro un poco más hasta llegar a mi cuello, estaba tan cerca que podía escuchar y sentir su respiración – Esto… Shiki… – traté de separarle con las manos pero me agarró ambas manos, no me podía mover – sin embargo me gusta tu olor… – se volvió acercar pero esta vez me lamió el cuello por el lado izquierdo, no pude evitar estremecerme – y también tu sabor…– yo… ¿qué podía hacer? No me podía mover ni tampoco podía pedir ayuda, aunque tampoco es que quisiera – Alto ahí! – pude sentir como alguien me jalaba del brazo derecho y me sujetaba como si fuera a salir corriendo, me giré para mirar quien era mi salvador – no puedo despegar la vista de ti ni un momento, ¿acaso no escuchaste cuando te dije que te mantuvieras alejado de él? – oye ¿que es ese modo de tratar a los de tu sangre? – jej ahora esto va por ti, te lo diré esta por última vez, no te atrevas a poner tus garras sobre ella – no se por qué pero… en esos momentos pareciera que ambos echaban chispas por los ojos, Shiki desvió la cabeza y contestó – baaa, no merece la pena, me vuelvo a casa, no llegues tarde hermanito… - Aki hizo una mueca y a continuación suspiró aliviado para más tarde fulminarme con la mirada – realmente no escuchas cuando la gente te habla, ¿acaso no sabes en la situación tan peligrosa que te encontrabas? – lo miré sorprendida, estaba realmente nervioso y es como si hubiese venido apurado, ¿qué puedo hacer? Que se preocupe tanto por mí lo hace tan lindo… – oye, ¿me estás escuchando? – me espabilo – aahh, sí claro que te estaba escuchando – oye, realmente, ¿Por qué insistes tanto en venir a verme? – bueno… tu me diste este libro – saco el libro que me prestó anteriormente de la mochila – y como ya lo he leído quería devolvértelo – vaya, ¿Ya lo has leído? No me esperaba que fueras tan rápida – eh??? bu-bueno es que tu me lo recomendaste – y bueno… ¿qué te ha parecido? – eh?? – lo miro un poco anonadada, ¿cómo podría explicar en palabras todo lo que sentí cuando leí el libro? Era realmente difícil – bueno pues… estaba bien… supongo… es que, no sabría decirlo con exactitud pero… el libro realmente me gustó, adoro las historias románticas y tiene un bello final – hum… vaya si que te gustó, eso es bueno – tomó el libro que tenía entre mis manos y lo miró fijamente – este es realmente mi libro favorito – eh?? ¿enserio? – lo miré con una gran admiración – no me esperaba que hubiera chicos que les gustara este tipo de libros – más bien… – continuó él – no es la historia en sí lo que me gustó, sino porque creo que me identifico un poco con el personaje, además… yo también voy en busca de conseguir ese final… quiero tener un final feliz como ocurre en los cuentos – en esos momentos Aki pareciese que brillaba con luz propia, no porque se reflejara con la luz de la luna, sino como si él mismo fuese quien generaba esa luz tan brillante, era realmente admirable, ya que al igual que yo… él también aspiraba a conseguir algún día ese final feliz que al parecer, sólo ocurre en los cuentos de hadas… – ah por cierto, ese día no pudimos hablar bien, así que te lo preguntaré ahora… ¿Qué motivos tenías para ir hasta mi casa para verme? – sus ojos estaban realmente serios, ¿cómo podría mentirle? – bueno yo… no sabría como decirlo pero… la otra noche en medio del bosque, entre los arbustos, vi a una chica y a otra persona con ella que tenía el mismo color de ojos que el tuyo y bueno… me preocupé porque fueras tú… – eh?? ¿lo viste? – Aki se empezó a rascar la cabeza como tratando de pensar en el método más apropiado para explicarme tal situación. Se detuvo un momento y me miró de reojo, me sorprendí un poco y desvié la mirada hacia el otro lado, eso realmente me sorprendió – nee Yuu – m-me llamó por mi nombre, es la primera vez que lo hace – ¿s-sí Aki? – olvida lo que viste – eh? ¿Qué quieres decir? – lo que oíste – ¿lo dice realmente en serio? No está bromeando, ¿verdad? Pero ¿cómo olvidarlo? – ti-tiene que ser una broma eso, yo… - se acercó de repente a mí y me empujó hasta que ambos caímos al suelo – q-qué cerca – pensaba – no sabes en lo que te estas metiendo – me dijo – pero si así está la cosa – se acercó más a mí y me susurró al oído – ¿recuerdas el libro que leíste? La historia que se narra – eh? sí la acabo de leer, el protagonista al parecer es un vampiro y se enamora de una humana, no? – él asintió y continuó susurrándome – en la novela el protagonista se siente solo y frustrado, él siendo un Líbano, también conocido con el nombre de vampiro, se enamoró de una hermosa joven humana, a decir verdad es una historia realmente corriente actualmente pero… – se detuvo un segundo y respiró hondo – lo que la diferencia de las demás historias es que en ésta el protagonista habla sobre su persona, todo lo que le sucede, piensa y siente el autor lo expresa con palabras en esta novela – eso… – dije un poco perpleja, no sabía por donde iba tirando – ¿cómo podría escribir esa historia el propio autor como una biografía? Para eso el autor tendría que ser… – ¿un vampiro? – me respondió de manera instantánea – eso es absurdo lo mires por donde lo mires, pero y si así fuera… ¿qué pensarías que tendría que haber hecho el autor? – bu-bueno… es un final feliz, ¿no? Entonces hizo bien en… – soltó una risita y volvió a preguntarme – en ese caso, cambiaré la pregunta… ahora, después de haberse enamorado y perdido a su verdadero amor… ¿tendría que permitirse volverse a enamorar y repetir otra vez la misma historia? – e-eso… yo no sabría… – bueno si es así – eh?? – posó su mano derecha en mi rostro y me miró fijamente, estaba tan cerca y con la luz de la luna me podía ver reflejada en sus ojos color platino – ¿A-Aki? – se acercó unos centímetros más a mi rostro y me besó, e-ese era realmente mi primer beso… ¡¡n-no es momento para pensar en eso!! él realmente me besó, ¿por qué lo hizo? – se retiró un poco y siguió mirándome, yo estaba tan sorprendida que no podía preguntar ni siquiera responder a ello – Esa novela que leíste… yo fui quien la escribió y todos los sucesos del protagonista… no son más que los simples hechos de mi existencia… – me rodeó con sus brazos y me abrazó contra su pecho fuertemente – Yo… realmente me volví a enamorar pero… ¿qué demonios debo hacer? – él… realmente estaba preocupado porque se repitieran una vez más los sucesos que una vez rompieron su corazón, pero yo, aunque no se exactamente qué son estos sentimientos… – Aki yo… nunca te dejaré – aunque no lo sepa exactamente, no puedo estar alejada de él, creo que… tal vez, de alguna forma, esto pueda ser llamado amor…– por eso… no te preocupes más – esa noche realmente parecía que la luna brillaba más que otras noches, brillaba tanto que ni se podían ver las estrellas, pero desde luego fue cuando me prometí a mí misma que nunca le abandonaría y que siempre me mantendría a su lado.

CAPÍTULO 4:
En el libro que al parecer escribió Aki, el protagonista se enamora de una joven y con el tiempo ella se termina enamorando también de él. El problema aparece cuando la joven descubre que su amor es un vampiro, sus familias estarán en contra de todo contacto entre ellos, el único método era que él la convirtiese… Pero el jamás llegó a hacerlo, no se lo podría haber perdonado, por ello… ella decidió quedarse a su lado como humana, y compartir toda su vida con él. Se supone que eso debería ser un final feliz pero… cuando Aki me preguntó si el protagonista puede volverse a enamorar después de perder a su verdadero amor… te hace pensar que si ella siguió como humana, la diferencia del período de vida entre un humano y un vampiro es inverosímil, si él perdiese a su verdadero amor… ¿podría volver a encontrarlo? Si yo fuese esa chica… ¿Qué habría hecho?
Un día más abrí mis ojos, el reloj que tenía a mi lado a la derecha marcaba todavía las 7 – haa… – suspiré. Me levanté levemente de la cama y me quedé unos minutos sentada pensando en todas las cosas que me habían pasado últimamente, pero sobretodo, lo que más absorbía mis pensamientos era lo ocurrido aquella noche… volví a recordar ese beso, elevé mi mano derecha y con los dedos índice y anular toqué levemente mis labios, pero además… – mooooo – agité la cabeza de un lado para otro tratando de despejarme y alejar esos pensamientos de mi mente, con las dos manos me dí una palmada en ambas mejillas y me levanté completamente de la cama. Como era muy temprano me dio tiempo a ducharme, vestirme, prepararme el desayuno, la mochila y darme un pequeño paseo antes de llegar al instituto, cuando por fin llego al instituto y entro en mi clase, era extraño, a decir verdad… ocurría algo muy extraño, al principio no sabría decir qué era y lo peor es que nadie aparte de mí parecía notarlo – buenos días – dijo el profesor nada más entrar a la clase, dejó su bolso y se giró para coger una pequeña tiza y comenzó la clase. Varios minutos más tarde la puerta de la clase de abría para dar paso a otro estudiante que menuda sorpresa cuando vi que se trataba de Aki, él apareció con el uniforme de nuestra escuela y pasó entre la multitud para coger asiento al final de la sala, era como si siempre hubiese estado allí; como es lógico estaba tan sorprendida que me pasé el resto de la clase mirándolo de reojo, sin hacer mucho caso de las explicaciones del profesor, así cuando acabó la clase, me levanté de mi asiento y me dirigí a su mesa para hablar con él – Aki – comencé – ¿desde cuando estás en nuestra clase? – levantó la mirada levemente y me respondió – oh… veo que no te has dado cuenta, no… mejor dicho te has dado cuenta y ese es el problema – oye ¿se puede saber de lo que estás hablando? – cada vez que le pido explicaciones termina liándome más de lo que estaba al principio – aunque te lo tratara de explicar no sabría como… –a decir verdad… yo tampoco estoy segura de si quiero saberlo – muy bien – eh?? – ¿nos vamos? – eh?? ¿a dónde? – es hora del almuerzo, ¿verdad? – hm… – asentí con la cabeza y caminé junto a él hasta la azotea. Durante todo el descanso nos sentamos en el suelo junto a la valla mientras que yo me comía el bocadillo, él simplemente se mantenía sentado a mi lado mirándome – ¿tú no comes? – le pregunté preocupada, a lo que él me respondió con una sonrisa – tranquila, yo no tengo hambre – ¿pero qué dices? Tienes que comer – le acerqué el bocadillo para que le diera un bocado, se me quedó mirando un poco sorprendido, creo, pero entonces me respondió con una sonrisa, agarró mi muñeca y le dio un bocado al bocadillo – hm… no está mal… – n-no es más que un bocadillo – le dije a la vez que miraba a un lado – ahh cambiando de tema, ¿tú estabas en mi clase? Creo que esta es la primera vez que te veo en mi curso… – ah eso… bueno digamos que no vengo mucho – oh, ¿es eso cierto? – a decir verdad me pareció extraño que no lo hubiese visto anteriormente, pero lo que más me extrañó fue que mis compañeros de clase no se hicieran la misma pregunta que yo, hay cosas que no llego a comprender y todas y cada una de ellas, están relacionadas con la misma persona, Aki.
Él día se me hizo bastante largo, no me esperaba que Aki fuese tan famoso entre las chicas, y como prácticamente con quien más tiempo pasa es conmigo, no paran de preguntarme que hay entre nosotros, es realmente molesto, no se si pueda aguantar este nivel de estrés por mucho más tiempo… pero bueno al menos ya estoy en casa, abrí la puerta con la llave que tenía en el bolso de la chaqueta y entré – tadaima! – dije en voz alta, aunque vivo sola – hoy no tengo hambre, creo que me iré directamente a la cama – caminé por el estrecho pasillo y subí las escaleras para ir a la habitación al fondo a la derecha que era mi habitación, tiré la mochila a un lado, me puse el pijama y me tiré a la cama, ya no podía pensar en nada, mis párpados se cerraban y mi cuerpo había dejado de moverse, a veces… el cansancio es bueno, espero volver a ver a Aki mañana… pensaba hasta que caí rendida, esa noche realmente dormí de un tirón, hacía tiempo que no dormía así de bien… creo que desde lo de esa noche, la noche en que mis padres murieron, y motivo por el cual, desde entonces el insomnio y la pérdida de apetito se apoderaron de mi…



CAPÍTULO 5:
La semana de alguna manera se me ha hecho eterna, pero por fin es sábado, es el mejor día de la semana, no porque no haya que ir al instituto, ni porque puedo descansar ni nada de eso, simplemente es el mejor día gracias a que no tengo que aguantar el estrés de estar en clases aguantando a todas esas chicas fulminándome con la mirada por el hecho de ser amiga de Aki, ¿qué pasa con ellas últimamente? ¿Qué tiene de especial ese chico para que se comporten de esa manera? Nunca llegaré a comprenderlo, aunque me gustaría tener una explicación para esta situación que llega a ser tal vez un poco absurda y ciertamente esotérico a la mente humana. Aún así, el día era largo y debía de aprovecharlo al máximo debía limpiar, hacer la colada, la magnífica montaña de ropa para planchar de toda la semana, la comida… mientras pensaba en todo lo que tenía que hacer sonó el teléfono, salí al pasillo y descolgué el teléfono era una de mis compañeras de clase, Himari, es una buena chica pero un poco despistada como los exámenes estaban cerca habíamos quedado para estudiar juntas, supongo que dos cabezas piensan mejor que una, quedamos por lo tanto para la tarde en mi casa que es la más silenciosa. Cuando llegaron cerca de las 5.30 mi se escuchó el timbre, tiene que ser Himari pensé mientras me acercaba a la puerta principal y abrí la puerta, a decir verdad, no es que estuviera equivocada a la hora de pensar que era Himari, lo único que no llegué a pensar es que vendría acompañada de alguien más… no puedo imaginarme la cara que tendría cuando vi que la otra persona era Aki, ¿por qué está aquí? Aún así le terminé dejando pasar – adelante estáis en vuestra casa – les dije por cortesía. Los guié hasta el salón que se hallaba al fondo del pasillo a la derecha, mientras caminábamos de vez en cuando miraba hacia atrás de reojo para mirar a Aki, no parecía muy sorprendido si digo la verdad… esperaba otro tipo de reacción por su parte puesto que él vive en una mansión como esa mientras que mi casa es tan cómo decirlo… ¿pequeña? ¿tranquila? Les pedí que tomaran asiento mientras que yo iba a por la mochila y traía algunos dulces para picar. A los 10 minutos ya todos estábamos sentados y haciendo los deberes, todos nos hacíamos preguntas y las respondíamos llegué a pensar que incluso era divertido, lo más alucinante fue que Aki supiera las respuestas a todas las preguntas, cuando durante toda la semana no ha estado atendiendo en clases… u-un momento ¿acaso le he estado mirando todos estos días? Dios que vergüenza espero que no se haya dado cuenta – alguien tocó mi hombro, me giré y resultó ser Himari que estaba hablándome – Oye, ¿te pasa algo? has estado en las nubes durante todo este rato – me dijo mirándome preocupada, yo sólo sonreí y traté de tranquilizarla diciendo – ah no tranquila, es sólo que estos días no he podido dormir bien, pero no tienes que preocuparte, en cuanto acabemos con los exámenes me echaré un buen sueñecito – no podía decirle que estos días he estado absorta mirando a Aki, es realmente vergonzoso decir algo como eso; miré el reloj de la mesita en mi lado derecho y qué tarde ya era casi hora de la cena – oye lo siento mucho no me dí cuenta de la hora y tengo que irme a comprar algunas cosas para la cena y bueno… – aaa no importa lo entendemos – me dijo Himari con una sonrisa, nos levantamos los tres de la mesa y mientras que ellos recogían sus cosas yo me fui a por el bolso y mi monedero. Salimos todos juntos de casa y caminamos por el mismo camino durante un rato hasta el segundo cruce en el cual Himari se fue por el camino izquierdo, nos despedimos de ella y continuamos de frente hasta la tienda más cercana. Por algún motivo Aki me acompañó todo el camino, incluso entró conmigo a la tienda, eché algunos productos y salimos a de la tienda, entonces se me ocurrió preguntarle – nee Aki, ¿Qué te parece venir a mi casa a cenar? Es tarde y ya que me estás ayudando con las bolsas quiero agradecerte de alguna manera – Aki se me quedó mirando con cara de sorpresa, tal vez dije algo raro o que no debía… – aaa bueno no tienes que venir si no quieres, no es que sea muy buena cocinando ni nada de eso así que… – IRÉ – ¿eh? – Tenía una cara realmente divertida era como un niño al que le ofrecían ir al parque de atracciones por primera vez, comencé a reírme a carcajadas – ¿eh? ¿He dicho algo gracioso? – Cuando terminé de reírme lo miré todavía con lágrimas en los ojos y le dije – tranquilo no has dicho nada es que me ha llamado la atención esa energía – es realmente como un niño, le quedó hasta lindo – bueno ¿nos vamos? – Vale – me dijo rojo como un tomate y mirando hacia un lado – vaa – le tomé de la mano y le halé todo el camino hasta que llegamos a mi casa.
Hice la cena como prometí fue divertido ver como Aki disfrutaba de la cena me dijo mil y una veces que era delicioso – me tiro en la cama – a decir verdad… ha cambiado un poco, desde el chico callado que no decía nada a el chico divertido y agradable que es ahora, ya incluso le ha desaparecido ese aura tan tenebrosa que tenía alrededor, hasta se ha vuelto más amable con los demás compañeros de clase, es toda una sorpresa – me giré a mi derecha y apagué la luz de la lamparita – para el lunes prepararé dos bentou* una para mí y otro para Aki, seguro que eso le hace feliz – sin darme cuenta cada vez que hacía algo para que Aki me mostrara una sonrisa o que me diera un simple gracias notaba como mi corazón daba un vuelco y eso me hacía muy feliz, mientras que pensaba… Ojala y estos días duren para siempre…
*Bentou: Almuerzo

CAPÍTULO 6:
Otra lunes por la mañana sonó el despertador, al escuchar ese molesto sonido levanté levemente la cabeza para mirar donde se hallaba, aún me dolían los ojos y no podía ver bien así que intenté apagarlo a tientas, le dí con la mano y calló de la mesita y se golpeó contra el suelo, esta es la cuarta vez este mes que se golpea, suspiré profundamente y me levanté de la cama, era un poco más tarde que de costumbre, supongo que es porque últimamente no puedo conciliar bien el sueño, cogí mi ropa del armario situado al fondo de la habitación y la ropa interior del cajón de la misma mesita donde estuvo el despertador, fui a darme una ducha con el agua muy caliente como a mí me gusta, me vestí con mi uniforme escolar y terminé el desayuno para darme prisa en llegar al instituto. De camino me encontré con una compañera de clase, Haruka, es una chica linda y energética, aunque debo de admitir que es un poco vaga – Heey Yuu – mostré una sonrisa y le respondí al saludo – buenos días Haruka – durante el camino establecimos una conversación rutinaria hasta que saltó el tema en cuestión esperado – Oye Yuu, ¿hiciste los deberes que mandó el profesor el viernes? Eran muy difíciles, ¿no crees? – como me esperaba de ella seguro que aún no ha hecho los deberes y espera que yo se los deje, por eso… – sí los he hecho – por eso pienso que los puede hacer por ella misma – y no te los pienso dejar – Haruka lanzó un lamento y empezó a montarme excusas y algunos de sus razonamientos absurdos – ehh? ¿por qué? No es justo, debes compartir tus conocimientos con los demás, si los científicos hicieran lo mismo no se habrían conseguido tantas medicinas por eso… a – y miles de historias como esta me cuenta día a día sin cesar desde hace ya casi dos años lo peor es que yo siempre tiendo a ceder ante sus absurdas barbaridades, se que así la estoy malcriando pero supongo que no puedo evitarlo, así que seguimos caminado hasta llegar al edificio al cual entramos por la puerta principal y caminamos por el enorme hall hasta el fondo, a la clase de 2ºC, nuestra aula, entré por la puerta hasta mi pupitre donde dejé la mochila y la abrí para sacar los apuntes que pedía Haruka – BUENOS DÍAS - mientras rebuscaba una voz me sorprendió por detrás, di un respingo y dejé que se escapara un pequeño grito ahogado que sorprendió a Shimada otro de mis compañeros de clase y mi amigo de la infancia – Ahh, S-Shimada? – el chico suspiró levemente y añadió – llámame Shima, ¿quieres? Somos amigos por si no lo sabes – hace dos años se marchó al extranjero  pero hace unos meses que ha vuelto debido al divorcio de sus padres, por ello Shimada está viviendo aquí con su madre y de vez en cuando vuelve al extranjero durante una temporada para ver a su padre como ha sido el caso de estas dos semanas pasadas. Es un chico alegre, agradable y gentil o al menos así es como lo recordaba antes de marcharse y aunque sé que mi amigo de la infancia el cual desapareció hace dos años y el joven que ahora se halla frente a mí son el mismo, no consigo verlo con los mismos ojos con los que antes le miraba, me gustaría saber qué significado tiene esta sensación que me oprime el pecho, pero… ¿qué es lo que realmente quiero saber? Estaba tan sumida en mis pensamientos que ni me di cuenta de que me estaban hablando hasta que Shimada posó su mano en mi hombro, me giré vertiginosamente para mirarlo - ¿te ocurre algo? – me preguntó con una gran cara de preocupación - ¿estás comiendo bien últimamente? – continuó preguntándome mientras que cada vez se acercaba más – no es nada – le dije rápidamente – es sólo…que últimamente no he dormido bien – le dije tratando de excusarme, no es que fuese una mentira, pero tampoco le podía decir los motivos de mi falta de sueño, Shimada continuó mirándome y siguió hablando – además… creo que estás un poco roja – acercó su rostro y mientras juntaba su frente con la mía me preguntó - ¿no tendrás fiebre? – le empujé ligeramente y me alejé un poco – no tranquilo sólo es cansancio, me voy a descansar un rato a la enfermería, nos vemos luego – salí por patas de la clase hasta la enfermería, por suerte allí no había nadie que me molestara, me tumbé en una de las múltiples camas, solté un suspiro y murmuré: eso me sorprendió… no quiero volver a clase… sólo… quiero dormir… un poco…y antes de darme cuenta me quedé totalmente sumida en un sueño.

CAPÍTULO 7:
Al rato empecé a rezagarme tratando de dar vueltas en la cama – hmn qué calor, ¿qué es esto? – entreabrí mis ojos para fijarme y observé una enorme silueta, estaba segura de que era humana, volví a cerrar los ojos y me restregué con las manos, entonces volví a mirar a ver si reconocía de quien se trataba, cual sería mi sorpresa al descubrir que se trataba de Aki. Se hallaba completamente dormido a mi lado izquierdo de la cama –¿Qué hace aquí? ¿En qué momento ha llegado? ¿Y por qué en mi cama? – me preguntaba a mi misma consciente de que lo mejor sería despertarlo y preguntárselo a él directamente, así pues, me senté en la cama y me giré hacia Aki, empecé a zarandearle suavemente para no exaltarlo y hacer un escándalo, pero nada no se despertaba, comencé a llamarlo en susurros – Aki, chist, Aki – pero en vez de despertarse murmuró – sólo un poquito más aún es de día – respiré profundamente y solté un gran suspiro – este chico es imposible – me dije en voz baja – aún así no me rendiré – fue lo que pensé mientras me ponía de rodillas en la cama – vamos Aki despierta, ya es hora de irse a casa, si no nos vamos ahora nos quedaremos aquí encerrados hasta mañana – le grité mientras le seguía zarandeando, Aki se dio la vuelta mientras seguía murmurando cosas que no llegaba a oír, hice oído y me acerqué un poco más para saber que estaba soñando pero fue un desastre, de repente me tomó por sorpresa entre sus brazos, estaba atónita y tras unos segundos sin poder moverme, volví a reaccionar con mis desesperados e inútiles intentos de zafarme – Aki… vamos… suelt-ta me... ya – le dije entrecortadamente mediante susurros mientras seguía intentando escaparme. Al momento, se escuchó girar el pomo de la puerta y como unos pasos resonaron en toda la habitación, se pararon por un momento en medio de la sala, pensaba que nos pillarían en esa extraña situación y sin así fuera, ¿qué pobres excusas se me podrían ocurrir? Para evitar tan embarazoso hecho, me mantuve en silencio, sin moverme, controlando la respiración y los locos latidos que aunque le decía a mi corazón que se calmara no parecía estar por la labor – ¿Qué puedo hacer? – me seguía preguntando mientras asta que el invitado indeseado retomó sus pasos hacia la puerta, la abrió – sólo un poco más – murmuré – salió por ella y la cerró. Rápidamente continué con mi arduo trabajo de escaparme moviéndome lo más que podía – vaya ya es hora – era la voz de Aki, sonó un tanto soñolienta aunque al momento me dí cuenta que ambos nos encontrábamos cara a cara y mi corazón volvía a latir descontroladamente – ¿Ya estás despierto? – le dije en un tono pendenciero – anda, ¿y tú que haces aquí? – me dijo con indiferencia – esa sería mi pregunta – le dije a voces – y ¿por qué estás roja? – no lo estoy es sólo que tú das mucho calor – continué diciendo a gritos – chist, te van a oír – pero será idiota, me calmé y le respondí – deja de decir sandeces y vámonos ya, somos los únicos que quedamos en este sitio – Aki al fin me soltó y pude levantarme de la cama, me deslicé por la enfermería hacia la salida, Aki me seguía aún adormilado y bostezando. Me paré frente a la puerta elevé mi mano izquierda e intenté girar el poco, pero resulta que no se abría la puerta, al parecer el último que entró también se preocupó por cerrar con llave, me giré hacia Aki y le dije – no te asustes pero… estamos encerrados en el colegio, y lo peor es que ahora que recuerdo, mañana es fin de semana – oh, ya veo – dijo Aki sin inmutarse – nos mantuvimos en silencio durante unos segundos hasta que… – DIOS MÍO, ESTO NO PUEDE ESTAR PASANDO, LA PESADILLA DE TODO ESTUDIANTE QUEDARME ENCERRADA EN EL COLEGIO DURANTE TODO EL FIN DE SEMANA – vamos cálmate – Y ENCIMA ME QUEDÉ ENCERRADA CON AKI, LA COSA NO PUEDE IR PEOR – oye ¿tan malo es quedarse encerrado conmigo? – por supuesto – le contesté inmediatamente. Él esbozó una sonrisa y se acercó ligeramente – Vamos no seas así, ahora que nos encontramos en esta situación hay que superarla, y lo haremos juntos, ¿vale? – lo que acababa de decir me dio mucha tranquilidad y creo que hasta me sonrojé un poco, pero aún así… - de acuerdo – le respondí suavemente con una leve sonrisa – Aki se sobresaltó de momento – Waa sonreíste, no me lo creo – me sonrojé y aprisa le dije – p-pero que estás diciendo, soy humana por supuesto que puedo sonreír – entonces me acordé de que debía preguntarle una cosa – ya veo… es sólo… que hasta ahora nunca te había visto sonreír… eres más linda cuando sonríes, deberías hacerlo más a menudo – ¿Qué clase de conversación es esta? No nos lleva a ninguna parte pero es un poco divertido – ah, ahora que me acuerdo ¿que hacías en la enfermería? – Aki desvió la mirada – es sólo que no me encontraba bien – me estaba mintiendo, eso es seguro, pero ¿por qué lo hacía? ¿qué tiene que ocultarme? – Ahora sí – dijo mientras se repuso – eh? – ya es horade irse a casa -  suspiré – me encantaría pero, ¿qué sugieres? Obviamente no me esperaba otra cos que no fuese una locura por su parte – hm… saltaremos por la ventana – por un momento me quedé sin palabras, pensando es una broma, tiene que ser una broma!!!
No es una broma – me dijo indiferente, ¿cómo puede decir algo así tan tranquilamente? Mientras que yo estaba en mi mundo tratando de asimilarlo, Aki se acercó a la cama más cercana y le quitó las sábanas, se volvió para mirarme y me preguntó – ¿no me ayudas?. Enseguida me acerqué y empecé a atar unas sábanas con otras tratando de hacer lo más parecido a una cuerda  por la que poder bajar desde el tercer piso por la ventana – listo, las damas primero – me asomé ligeramente para comprobar la altura sobre la que estábamos, era el tercer piso ciertamente pero parecía un quinto, enfrente se hallaba un gran ciprés cuya copa alcanzaba casi la azotea – esto… creo que es mejor que bajes tu primero – le dije un poco entrecortada, mis piernas ni siquiera se movían, Aki soltó un suspiro – qué remedio – tomó el extremo que quedaba libre y saltó por la ventana, corrí hacia ella como una flecha para asomarme. Aki me saludaba desde abajo – ahora tú – gritó con todas sus fuerzas. Me amagué un poco pero al final me lancé. Comencé a bajar despacio por el conjunto de sábanas  pero al llegar al medio comenzaron a rajarse, quise bajar más rápido pero el miedo me lo impedía, finalmente pasó lo que tenía que pasar, se rasgó la “cuerda” del todo y yo caía al vacío, solté un grito de desesperación mientras pedía con júbilo – que alguien me salve.
Me desperté estrepitosamente con los nervios en punta hasta percatarme de que me hallaba en mi habitación – ¿cómo he llegado hasta aquí? – me preguntaba justo cuando alguien entraba por la puerta. Como me esperaba era Aki, ¿se tomó el trabajo de traerme hasta aquí incluso después de haberme salvado? – ¿qué pasa? ¿por qué me miras así? – me había quedado embobada mirándole sin darme cuenta, respondí desviando rápidamente la cabeza a un lado. Aki obviamente se había dado cuenta pero no quiso dar crédito de ello y sólo cambió de tema – oye Yuu, creo que tengo que volver, sólo me quedé aquí por si se presentaba algo y ya se está haciendo tarde – Aki se giró – no me dejes sola – pensé, inconscientemente estiré mi brazo sujetando su manga con mis dedos con todas mis fuerzas – espera – grité mientras le sujetaba del brazo. Aki me miró con cara de sorpresa y sin decir nada se limitó a sentarse a mi lado hasta que me volví a dormir.



CAPÍTULO 8:
Intenté abrir mis ojos trabajosamente, los primeros rayos del sol se filtraban tenuemente por la ventana. Miré a mi alrededor pero Aki ya no estaba allí – ¿un sueño?
Volví a la escuela como cualquier otro día pero – ¿Aki no estaba? ¿Será que aún no ha llegado? Pero ese día no llegó, ni ese, ni ninguno.
Ya había pasado una semana y el tiempo seguía pasando, me acerqué al despacho del director para informarme pero cuando pregunté, no había ningún Aki en el registro, preguntase a quien preguntase, nadie le conocía, ni siquiera su club de fans, igual que si nunca hubiera existido, ¿cómo puede alguien desaparecer de esta forma? No importa lo que hiciese o a quien preguntase, sólo quedaba un sitio al cual acudir… su casa.
Ese mismo día acudí allí, no tardé más de 30 minutos desde el colegio, la verja estaba cerrada a cal y canto, y no había ningún timbre – qué remedio – trepé por la verja y bajé con cuidado por el otro lado, accedí al amplio jardín que parecía que brillaba con luz propia atravesándolo hasta llegar a la puerta de la casa. Llamé al timbre pero nadie me contestó, volví a insistir aunque de poco sirvió, después de unos tantos intentos no me quedó otra que dar media vuelta y volver a casa.
Eso pensaba hacer, pero el destino también sabe cómo hacernos pasar malas pasadas, nada más girarme me encontré con el hermano de Aki, me pidió que pasara, no lo tenía del todo claro, pero era la mejor excusa que se me ocurría para poder colarme; así pues pasé sin alternativa. Me acompañó por la casa hasta el salón, donde me pidió que esperase sentada mientras que él iba a buscar a su hermano.
Mientras esperaba me disponía a observar todo lo que me rodeaba, por fuera parecía una casa antigua, pero por dentro denotaba un ambiente tradicional a la vez que contemporáneo. Dos enormes balcones por donde entraba una gran cantidad de luz con unas cortinas color granate esmaltado, los sofás, los sillones y las sillas tenían la misma tapicería; una enorme mesa de madera de roble hallada en pleno centro del salón y justo en esa parte del techo, una gran lámpara de cristal color ámbar con 6 bombillas. Lo único que destacaba en la habitación era la televisión de plasma de 42 pulgadas en la mesa con estantería en el fondo, la cual estaba tan llena de libros que parecía una librería, y sobretodo, un grandioso cuadro situado en el lado opuesto, ocupaba gran parte de la pared, tenía estampado un precioso paisaje con un riachuelo y una casita de fondo, y si me fijaba más se podía ver a una pareja haciendo un pic-nic – qué raro… esa cara me suena… – me acerqué un poco más y pude ver que el hombre se parecía mucho a Aki aunque con unos añitos más – ¿tal vez su padre? ¿su abuelo?
Lo siento mucho, al parecer mi hermano no está en casa, ¿deseas esperarlo? – ¿qué debo hacer? ¿debería esperarle? – c-creo que debería irme, dígale que he estado aquí – no habrá problema si lo esperas, no tardará mucho en llegar – me decía con una gran sonrisa, realmente daba mala espina, sobretodo porque Aki me pidió que no estuviera a solas con Shiki – no, realmente tengo que irme – por favor, insisto – dudaba de lo que debería hacer, pero no me quedaba otra – e-está bien, creo que puedo quedarme un poco más… – qué he hecho, espero no arrepentirme y porqué sonríe de esa manera tan extraña, y de todas maneras no es como si hubiese olvidado lo de la última vez… – te traeré un té mientras esperamos, ¿de qué lo quieres? – lo que sea está bien – realmente no es como si entendiese de tes, así que cualquiera debería estar bien. A los pocos minutos volvió con una bandeja, un par de tazas y una tetera. Me sirvió un poco en una de las tazas que por cierto, tenían un diseño a la par con el salón, al quedarme embobada mirando la taza Shiki me preguntaba – ¿te gustan las tazas? – despegué la vista de la taza para mirarle a la cara – bueno… tienen un diseño muy peculiar, tienen pinta de ser caras – seguía mirando la taza tratando de evitar tener una conversación con él – entonces… - continuó diciéndome – ¿te gusta mi hermano? – eh?? – me torné de un color rojo – b-bueno no es que me guste ni nada, pero tampoco le odio, es realmente atractivo y todo eso… – ahhhhhh pero que estoy diciendo así solo lo estoy estropeando más – quiero decir esto… – ¿quieres decir que sólo te gusta como amigo? – sí eso es, justo lo que iba a decir – ni de broma habría dicho eso… la sensación de presión ha desaparecido, ya estoy más tranquila, tomé un sorbo de la taza y me dirigí a Shiki – oye y tú… ¿tienes a alguien que te guste? – se quedó pensativo un momento mientras lo miraba con interés – ¿realmente quieres saberlo? – asentí con la cabeza, quería saber, sería bueno saber la persona que le gusta a Shiki – bueno si quieres saberlo, supongo que no hay remedio – se levantó de la silla y se acercó a mí, me cogió del brazo, tirando de mi cuerpo, la taza que tenía entre manos se estampó contra el suelo, me quedé entre la espada y la pared mientras me miraba fijamente, entré en pánico no me podía mover y me ¿mareaba?, no sabía que me estaba pasando, poco a poco empezaba a perder la visión hasta que perdí completamente el sentido.
Me desperté al buen rato, estaba tumbada sobre una cama enorme de matrimonio en una habitación desconocida, y no recordaba bien lo que me había pasado. Traté de hacer memoria pensando lo que había hecho con anterioridad paso a paso, recordé ir a casa de Aki, que no estaba y por lo tanto me atendió su hermano menor, me ofreció un te y luego... es cierto me desmayé, pero ¿por qué?. No hizo falta demolerme los sesos para encontrar la respuesta, ya que ésta acababa de entrar por la puerta. ¿Ya te has despertado? - me preguntó Shiki con una amplia sonrisa en el rostro, no soy tan tonta como para no darme cuenta que fue él quien le echó algo al te - ¿cual es el motivo de hacer esto? - se acercó despacio hasta quedarse sentado a los pies de la cama, sin siquiera elevar la vista me dijo – porque te odio – eh? Si yo no... – cállate – voceó y siguió hablando a gritos – odio que te acerques tanto a mi hermano con esa inocencia tuya, realmente le hieres. Y que captes toda su atención es asqueroso, no pienso permitir que le destruyas – se levantó de golpe y se alejó colocándose al lado de la puerta – por eso quiero que te quedes aquí, si te mantienes un tiempo alejada de él tal vez aún recapacite, sinceramente preferiría acabar contigo pero seguro que mi hermano me mataría, tienes mucha suerte agradéceselo a mi hermano, eso si consigues escapar de aquí... – cerró y mientras escuchaba como se alejaban sus pasos intenté levantarme. Aún me costaba moverme y no me di cuenta de la cadena en mi tobillo izquierdo hasta que me conseguí poner en pie – está claro que no me voy a escapar, eh? Ahora... ¿como puedo zafarme?

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